sábado, 30 de abril de 2011

El vuelo de las mariposas -3-

Capitulo 3.

Tormenta

Los días siguientes fueron igual, la veía en la estación al salir de la universidad, permanecíamos ahí hasta las seis, subíamos al vagón y solo nos mirábamos, ella bajaba del vagón una estacón antes que la mía, y solo la miraba alejarse entre la gente del andén, solo eso, era una relación en donde no habíamos necesitado de hablar y decirnos que si queríamos tener un noviazgo, o donde necesitáramos besos y caricias, era solamente una relación limpia, donde sentíamos la necesidad de estar la una con la otra. Un día llegue a la estación, y Urara no estaba allí, me quede 1 hora esperando verla pero no había llegado, pensé que tal vez las ocupaciones de la universidad le habían impedido llegar, o más bien, eso quise pensar, la llame a su celular, pero no lo contestaba, subí al vagón, al momento que avanzo, mi corazón comenzó a romperse en miles de pedazos.

Por la noche. mi celular sonó, era un mensaje de texto de Urara, que me quería ver en la estación de la línea Kanda. En ese momento, me puse una chaqueta y salí sin que mi hermana se diera cuenta, avance rápido entre la gente que iba y venia en la calle, en ese momento no me importaba nada, solo quería ver a Urara, baje los escalones de la estación, y ahí estaba ella, frente al andén, con un saco negro y su pelo se movía al momento de que llegaba el viento del movimiento de los trenes, me acerque a ella, y volteo hacia mi, sus ojos los cubría un fleco grueso, sonrió pero no me dejo ver su mirada, solamente se abalanzo sobre mí y me abrazo, en ese momento el tiempo se detuvo, y la estación quedo vacía, la abrace igual, la acurruque en mi pecho, ella permaneció en mis brazos un largo momento, volviendo su rostro hacia mí. Beso mis labios, con dulzura y a la vez con pasión, mi corazón se acelero y ella puso sus manos sobre mi rostro, ese momento no existía nada,  solo ella y yo. 
Después de que termino ese beso, Urara me miro a los ojos, y me pidió que la perdonara, se dejo car al suelo, hincándose ante mí, y yo me puse en cuclillas frente a ella, le pregunte el porqué de pedirme perdón, y ella con sus ojos totalmente cristalizados me dijo que por mentirme, en mi cabeza no cavia mas que el hecho de que Urara no era quien yo creía, :-no te e estado usando Mikage, realmente estoy enamorada de ti, pero estoy comprometida con un hombre que no amo, no quiero casarme con él, el me trata muy mal, pero tengo que casarme con él para que ayude a mis padres-, en ese momento sentí un vacio muy grande en mi corazón, solté sus manos y me levante, y di unos pasos para alejarme de ella, se levanto corriendo y me abrazo, pidiéndome perdón por no haberme dicho la verdad, se hinco ante mí de nuevo jalando mi chaqueta para que no me separara de ella, me sentía mal, pero no podía aguantar más el ver a Urara derramar tantas lagrimas, la abrace y la consolé en mis brazos, no me alejaría de Urara no la dejaría nunca, yo la amaba.

Salimos de la estación,  caminamos por las calles y yo la llevaba abrazada, era algo poco común pero no me importo, en ese momento solo me importaba el bienestar de ella, de repente escuche a lo lejos que alguien gritaba, Urara levanto la mirada y me tomo de la mano, comenzamos a correr, yo no sabía qué era lo que pasaba, yo solo seguí a Urara, le preguntaba qué era lo que sucedía pero ella solo me decía que corriera, entramos a un callejón, y ella me dijo que me escondiera tras unos botes de basura, Urara salió corriendo del callejón, sin que ella viera salí detrás de ella, me asome a la calle y ella no estaba ya, la comencé a buscar por las calles, gritando su nombre pero no la encontré. Regrese a casa marcándole a su celular, pero la operadora solo se limitaba a contestar que el teléfono no estaba en servicio, mi desesperación era tan grande, quería salir a buscarla calle por calle, no sabía qué hacer, esa noche no dormí, solo esperaba que la mañana llegara para poderla buscar.

A la mañana siguiente una enorme tormenta había cubierto la ciudad, me puse mi ropa tome un paraguas y salí de mi casa temprano, antes de que mi hermana se diera cuenta, únicamente le deje una nota de que había salido antes porque tenía que trabajar en un proyecto de la universidad, tome el tren y baje en la estación donde Urara abordaba el tren, y ahí espere en el andén del tren, hasta que Urara apareciera, no me importo las clases ni los compromisos que tenía en la universidad, yo solo quería saber de ella y que era lo que le había sucedido. 
El tiempo corría y no la veía, caminaba de un lado a otro en el andén esperando verla, en ese momento vi su delgada figura entre las demás personas, corrí hacia ella, pero en ese instante se le aproximo un tipo, la tomo de la cintura y la beso tiernamente, y ella se limito a sonreírle, en ese momento sentí como mi cuerpo caí en un vórtice de silencio, donde mi cuerpo era como si flotara y las personas se hayan ido, y solamente estuviéramos ella, el y yo; ella me miro, y solamente me dijo sutilmente, perdóname, la gente abordo al tren y la estación quedo casi vacía, mi alma se había hecho pedazos al ver como otro tomaba lo que era mío, caí al suelo sobre mis rodillas, me levante lentamente con la cabeza abajo, me sentía como un ser sin alma, algo sin vida, subí las escaleras y la gente corría en las calles por la lluvia, yo seguí caminando así, entre la lluvia, mis lagrimas rodaron pero no se notaba por la lluvia que caía, hubo un momento en que no pude más caí sobre mis rodillas de nuevo, en el asfalto mojado, y ahí comencé a llorar, solo quería llorar, no me importaba estar en medio de la calle, ni que la gente mi viera extraño, yo solo quería ahogar mi dolor, solo quería que al correr de la lluvia mi dolor se fuera, pero no lo hacía, seguí sintiendo una herida sangrante en mi corazón, me levante de ahí, y comencé a correr a un puente cercano, me senté dando la espalda a la baranda, con mis manos en mi rostro llorando inconsolablemente, en ese momento quería morir, no podía más, el ver a Urara ahí con ese tipo me había destrozado aunque yo ya sabía de eso, la rabia me llego cerré los puños y los golpee contra el asfalto, levantando mi cara al cielo, grite su nombre, con mucha rabia y dolor, en ese momento escuche -¿Mikage?-…


[Continuara…]

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